¿Cuál es tu parte favorita?

Aprender a celebrarte, por dentro y por fuera

Preguntar “¿Cuál es tu parte favorita?” suena simple, pero puede abrir una conversación poderosa sobre autoestima, cuerpo y cómo nos vemos a nosotras mismas. Aquí te cuento por qué merece la pena responder —y celebrarlo— con honestidad.

No se trata solo del cuerpo

Cuando alguien nos pregunta cuál es nuestra parte favorita, muchas pensamos primero en el físico: los ojos, la sonrisa, el pelo. Y está bien quererse por el aspecto. Pero tu "parte favorita" también puede ser una cualidad: tu sentido del humor, tu empatía, la forma en que enfrentas los problemas. Aprender a reconocer ambas cosas —lo físico y lo emocional— nos ayuda a construir una autoestima más sólida.

Por qué es importante elegir una parte

Te conoces mejor. Pensar en lo que te gusta de ti misma te enseña qué valoras y por qué.
Reduce la autocrítica. Si te enfocas en lo que sí te gusta, las comparaciones pierden fuerza.
Fomenta la gratitud corporal. Apreciar una parte de tu cuerpo ayuda a verla con más cariño y menos juicio.

Ideas para encontrar tu parte favorita (sin presión)

Si no sabes por dónde empezar, prueba con estos ejercicios rápidos:

Escribe una lista de 5 cosas que te gusten de ti. Pueden ser físicas, emocionales o habilidades. No uses el borrador: lo primero que venga es válido.
Pide la opinión de alguien de confianza. A veces nos defini mos por lo que otros nos ven y eso amplía nuestra propia mirada.
Prueba a mirarte en el espejo y decir en voz alta una cosa que te guste. Suena raro, pero funciona. Repite 3 veces.

Si te cuesta elegir —empieza por lo pequeño

No hace falta que elijas "tu rasgo favorito de todos los tiempos". Puede ser algo pequeñito pero significativo: la forma en que tus manos se mueven cuando hablas, cómo te emocionas con una canción, o cómo recuerdas detalles que otros olvidan. Las pequeñas victorias también cuentan.

Cómo hablar de tu parte favorita sin sentirte incómoda

Compartir lo que te gusta de ti puede dar vergüenza al principio. Aquí tienes frases que puedes adaptar:

“Me gusta cómo sonrío cuando veo a alguien que quiero.”
“Valoro mucho mi capacidad de escuchar.”
“Me encanta mi cabello cuando lo dejo al natural.”

No necesitas justificar tu elección ni explicarla en detalle. Está bien decir simplemente: “Esta es mi parte favorita”.

Cuando la imagen corporal pesa más de lo que debería

Si sientes que pensar en tu cuerpo te genera ansiedad o malestar, tómalo con calma. Buscar ayuda profesional (terapia, grupos de apoyo) puede ser un gran paso. También ayuda rodearte de redes que promuevan la diversidad corporal y cuestionen estándares irreales que vemos en redes sociales o publicidad.

Actividades para reforzar tu parte favorita

Algunas prácticas te ayudan a conectar y cuidar esa parte que te gusta:

Rutina de autocuidado: un gesto diario para cuidar esa parte (una crema, un masaje breve, una nota positiva en el espejo).
Registra avances: lleva un diario con pequeñas cosas que aprecias de ti cada semana.
Exprésalo creativamente: dibuja, canta, escribe un poema corto sobre esa parte.

Test rápido

Responde honestamente (sin pensarlo demasiado):

¿Prefieres destacar por tu apariencia o por tu forma de ser?
¿Qué te hace sonreír sin motivo?
Si tuvieras que elegir una sola palabra para describirte, ¿cuál sería?

Estas preguntas te ayudan a descubrir no solo una parte favorita, sino también qué aspectos de ti quieres potenciar.

Un último consejo

No dejes que la opinión ajena determine tu valor. Tu parte favorita es legítima aunque no encaje con lo que “está de moda” o con lo que otros elogien. Celebra eso que te hace única: puede ser visible para todos, o solo algo que tú sabes y aprecias en silencio.